1. baby steps



i will write you into books
you will not read.

Decidí volver a escribir, después de mucho tiempo sin hacerlo. Fue un impulso, abrir un blog, un poco de CSS y acá estoy, primer entrada. Tal vez sólo quiero contarme algo hasta que me aburra o la cuestión pierda trascendencia. No sé, a algo me va a llevar, escribir es parte del proceso de sanación o lo que termina de hundirnos.

En definitiva, me siento un desastre, no sé dónde estoy parada ni hace dónde voy. Lamento que esto sea lo primero que me surge contar, pero es así, me siento en ruinas. No en todo momento, por supuesto, el fatalismo me posee por las noches, cuando las horas se abalanzan sobre mi y me doy cuenta que no quiero dormir. Me fuerzo en permanecer despierta, sin importar que tan extenso o banal haya sido el día. Música, películas, libros, partidas ya jugadas en un emulador de GBA, lo que sea para extender el día unas horas más. Nessun dorma que hay que vencer al alba, la puta madre.

Son épocas me digo, es una época, ¿pero cuándo termina una y comienza otra? ¿O vamos arrastrando? La realidad es que estoy atravesando desde hace un par de meses una metamorfosis de mierda, y no sé si hacia un buen resultado. Honestamente espero que sí, que todo esto lleve a un remontar en el que pueda estar de pié mucho tiempo. Es una época, sin duda, de la cual no determino todavía cómo sobrevivir. Lo haces o no, sin darte cuenta, supongo.

Me separé hace poco, o no tanto, depende el punto de vista. Cuatro, cinco meses, no llevé la cuenta, lo que hubo desde que dejé nuestro departamento hasta hoy es una amalgama de sucesos que no consigo concatenar. Un día éramos y al otro no, él nos aplastó y ya no hubo forma de volver a crecer. Valijas, fotos rotas, te bloqueo para no afrontar, adiós bombón, no vuelvas a hablarme que me desmoraliza. Acá habrá comenzado la época.

No lo culpo, de cualquier manera. Pero duele, todavía duele bastante. Es un palpitar molesto, constante, no puede obviarse durante mucho tiempo. Los recuerdos vuelven una y otra vez, se plantean sin anunciarse, escarbando dentro, buscando más de los suyos. Buenos, malos, no importa, son nuestros, todavía existimos en ellos, puedo continuar envenenándome. Yo afeitando su barba, él trayendo el desayuno, acomodarme en su pecho, caricias entre los omóplatos (justo ahí, dónde se me acumula la angustia) y él a mi lado, siempre a mi lado, a fuerza de voluntad o de costumbre, permanecíamos. Convivo con un fantasma inventado, al que espero y pierdo todos los días. Al que ya no conozco, pero si lo recuerdo no puede irse, aunque ya no esté hace mucho. Me lacero con intención. 

Y todo cambió, se dio vuelta. Esta bien, llevaba en stand by mucho tiempo, hubiera sin embargo preferido un tránsito más parsimonioso hacia lo nuevo, algún aviso. Puede que lo hubiera y lo pasé por alto, ya no importa. Las cosas sólo suceden. Causa, consecuencia, causa, consecuencia, algún accidente de vez en cuando, seamos flexibles. La cuestión es que no tengo ni puta idea quién soy por mi misma, eso no es culpa de él ni de nadie, tocó abrir los ojos. No sé por dónde comenzar a armarme, siquiera sabía que tanto estaba deshecha. Pero tengo que, no queda otra más que comenzar a juntar las piezas. Es eso o el aletargamiento, echar raíces en algún lugar como mala hierba hasta que te arranquen de nuevo, para después volver a medrar en otro lado. No puede (ni puedo) ser así. No es que me sobre fuerza de voluntad, pero vivo a conciencia y sé que no estoy viviendo bien.

"Baby steps" solíamos decirnos. Ya es hora de dar zancadas mi amor.

D.