4. Alcohol

 el viento ensaya mi nombre

lo paladea en la ventana

para que la eternidad sepa llamarme.

Tengo entendido que cuando tenemos conductas autodestructivas es porque hay algo dentro nuestro que necesitamos erradicar. Cuando L. me abandonó comencé a beber más. Todos los días, en mi casa o fuera, no importaba. Iba a cualquier lugar que me invitaran si había alcohol y, si no lo había, pasaba por un bar antes. Cuando comencé a salir con J. continué, para mi el alcohol ya era un elemento que prestaba una ayuda para divertirme y relajarme. Si estaba triste o feliz era lo mismo. Una copa de vino o una cerveza mientras cocino, otra durante la cena y, por qué no, otra por recreación. 

Sé lo que le hace a mi mente. Llevo un tiempo sin tener certeza de muchas cosas. Sin saber si lo que recuerdo fue un sueño o transcurrió realmente. Son muchas las mañanas en las que me levanto con el estómago revuelto y la cabeza presionada. A veces incluso todavía estoy mareada. Y la culpa, lo peor a mi parecer. La culpa permanece todo el día y esa noche no bebo. Al día siguiente el ciclo comienza de nuevo. Las veces que estuve más de dos días sin beber mi mal humor era notable, sentía que algo fundamental me faltaba porque, ¿Cómo voy a afrontar este día sin una cerveza?

Creo que J. sólo lo tolera. Creo, no sé. Mi experiencia con L. me enseñó, muy duramente, que no podemos saber qué es lo que pasa por la mente de alguien. Escucho lo que él me dice e intuyo lo que no, pero aún así no tengo forma de saber qué piensa en verdad. Tampoco estoy segura de querer saberlo. Pero sí quiero tener un mejor paso por esta relación, dure lo que dure. No tengo fe en un extenso futuro juntos, sincerándome, pero le quiero y no deseo que me recuerde de esta manera. Me gustaría continuar poseyendo una visión romántica del amor, convencerme de que todo va a durar para siempre, que envejeceremos juntos y que oiremos a The Ink Spots sentados en el zaguán de nuestra casa. Pero a J. no le gusta esa música y a la vejez se llega solo. Pero sigo acá, dejando los vicios, hundiéndome en otros.  

D.