48. dos tonos

 if i could

i'd pull your strings for one more dance


Quiero estrellar el celular contra la pared. Llamarte no fue una decisión, fue un acto reflejo: dos veces marqué tu número, esperando que respondieras y la escena triste de este día pudiera continuar hasta volverse madrugada.

Quiero estrellarme a mí también contra la pared, como si eso equilibrara la balanza, como si mi muerte significara algo. Una vendetta privada contra vos. Contra los dos Leonardos, incluso contra Jorge. Contra cada uno que vino, que se fue, que no supo, que no quiso, que se borró sin decir adiós.

Quiero verlos desde el ataúd, llorándome. Verlos hechos trapo.
Una masa amorfa de ex amantes inútiles que no supieron comunicarse ni abrir los brazos cuando era necesario.

¿Tan difícil era atender el teléfono?
¿Tan imposible venir a verme?

Sacarme un rato de esta agonía como si mi cuerpo no fuera una cárcel con rejas invisibles hechas de ansiedad y llanto.

El amor me mira de lejos y me desprecia con la misma precisión con que vos lo hacés. Yo quería un abrazo, uno de esos que aparecen en reels, tan profundos que casi duele verlos.

Soñaba con ese amor que nunca te suelta la mano. Soy una pelotuda, lo sé. Todo este texto es un pedido de auxilio y ya no quedan dioses a los que rezarles.

Me lastima tu insensatez, pero también es culpa mía. Sabía que nuestros universos estaban lejos, colisionaron por azar, y para peor, un azar estúpido.

Mañana puede que veas las llamadas perdidas, y que me escribas, digas algo. Algo que no sirva para nada..

No lo daría todo, pero daría algo, un pedazo de mí, con tal de verte brillar otra vez como lo hacías cuando estabas cerca mío y el mundo parecía posible.

Espero que este desastre haya valido la pena.

No sé cómo te permití herirme así.


D.