59. lily
wait,
they don't love you like i love you

Hoy, mientras lloraba por Lily (porque la sigo llorando con la intensidad absurda del que recuerda cada mínimo gesto perdido), Ceniza se recostó entre mis piernas. Hacía meses que no lo hacía. Su cuerpo que recuerda las heridas, su paciencia quebrada por las curaciones, la habían vuelto reacia al contacto. Pero ahí estaba. Como si algo en mi pena la hubiese convocado. Y me sentí un poco menos indigna del afecto.
No puedo dejar de pensar en Lily. En cómo la alejé sin querer. En cómo supe, incluso entonces, que algo en mí la desplazaba y aun así no hice nada para detenerlo. Leo G. duerme con ella, vive con ella, la tiene, la toca. Yo sólo tengo el peso de su ausencia sobre mi pecho. La culpa es una habitación cerrada con las luces encendidas todo el día.
A veces desearía irrumpir la casa, patear la puerta como una escena irrisoria de tragedia, y exigirle la vida que me arrebató. No a gritos: con la seriedad de quien exige la devolución de una deuda impagable. La vida que hacíamos, la gata, las noches en que su cuerpo se iba y el de Lily se quedaba. El mundo que me sacó con una decisión llena de excusas.
Te juro que me alcanzaba con tan poco. Solo quería dormir a tu lado, hacer café, buscar a Lily por los techos cuando se hacía de noche y no volvía. Me alcanzaba con eso. Nunca pedí más. Pero vos necesitabas algo que yo nunca pude darte: una sombra de aprobación que no tenía rostro. El deseo de pertenecer te carcomía. Hasta te llevó a esa ridícula charla en la UNQUI organizada por la misma piba con la que querías acostarte de nuevo. Ya lo habías hecho antes, en ese paréntesis que llamamos "separación".
Pensaste que no lo sabía. Pensaste que mi amor me volvía ciega. No sabías que el amor en mí es un ojo perpetuamente abierto, un espejo sin consuelo. Lo supe todo. Y aun así quise quedarme.
Ahora estoy lejos. Lloro por una gata de la que no sé nada y que nunca volveré a ver.
Qué castigo más silencioso y justo sería que recibas, uno por uno, todos los gestos que diste. Sin olvido ni anestesia.
D.