63. intermitencia

Sinking in the sofa while they all betray each other
What's the point of anything?


Limpié el patio.

Trato de hacer, al menos, una tarea doméstica por día. Un gesto hacia la idea de que algo tuvo sentido. También porque me molesta ver la casa sucia: los pelos de los animales, las huellas en las baldosas, esa pequeña entropía cotidiana. Mamá ya no puede encargarse, la vejez la fue reduciendo la cama y a los recuerdos.

Decía: limpié el patio.
Mientras rastrillo, mientras froto, no pienso.
El cuerpo, ocupado, apaga el alma.

Es cuando me detengo que llorar se vuelve inevitable. No siempre. Pero a pausas.
Momentos como ráfagas breves que acechan desde las sombras de las cosas.

Escuché los audios de Vi mientras preparaba el café que él mismo me regaló. No al levantarme, no de inmediato. Me cuesta entrar en el día. Muchos minutos para no decir nada.
Y yo pensé en todos los instantes que podrían haber sido hermosos. Que fueron posibles. Pero los cubrió la tristeza como brea, y quedaron esparcidos en el suelo como algo irrecuperable.

Maybe I’m the problem.
Eso ya lo sabía.

Lucas lo dijo una vez en una frase de esas que se aparnetan inocuas: “¿No podés intentarlo aunque sea?”
No había ninguna película que me interesara, tampoco dinero que desperdiciar. Pero se trataba de fingir alegría.
Lucas fue eso. Un amor prefabricado.

Como Chris, que parecía una promesa de belleza y terminó arrojando mis cosas en bolsas de basura, como si a mi también pudiera descartarme. Aun sabiendo el espanto, me dolió. Todo duele aunque sepamos el final.

Quisiera escribirle a Vinicio.
Decirle que lo amo, que quiero despertar junto a él cada mañana, llevarle mi gata y jugar los tres. Contarle que me llamaron de una librería. Decirle que podría estudiar a su lado, ayudarle con sus plantas, alentar su proyecto, barrer juntos lo pendiente.
Pero no puedo.

Por eso lo escribo acá.
Para que estas palabras tengan un sitio, así sea este rincón digital y anónimo. Porque si no las dejo en algún lado, se pierden.
Y no quiero desperdiciar lo poco de amor que todavía me queda.

No quiero seguir viéndolo.
No quiero amar sin un gesto de compromiso.
Tampoco arrastrarlo conmigo.
Aunque creo (aunque quiero creer) que a su lado podría ser un poco más.

(Leo: te estás repitiendo.
Lo sabés.)

Este es el favor que le hago: alejarme.
No encontrar la alegría sola, nací desprovista de ella.

La última vez que lo vi me dijo que vendría a buscarme. Que era capaz.
Pero no llamó.
Me escuchó llorar y no llamó.

D.