68. voces

yo sé que hay un torrente
dando vueltas por tu mente

Es el lunes menos lunes del mundo. Tenía otros planes hoy para el día pero no pude pegar un ojo en toda la noche y me siento terrible física y mentalmente. Por lo menos pude pasar la entrevista que tenía hoy para mañana. Sigo en esta carrera laboral absurda, dando esta imagen patética de mi. 

No quiero sentirme tan miserable todo el tiempo pero nunca se asoma ni un ápice de satisfacción. Más de una vez me pregunto cómo hace V., qué pensamientos se le cruzarán por la mente y si realmente sabe gestionarlos. En ocaciones me acuerdo de cuando vivía con L., nos llevabamos genial y él siempre estaba feliz, hasta que empezó a rascarse la oreja. Constantemente, en el mismo lugar. Terminó con un masacote rojo e inflamado en el oído, todas emociones reprimidas ahí. 

¿Será entonces V. que nada te preocupa? Siempre pienso que sería mejor irme a mi casa y dejarte tranquilo. Mi tristeza no es un abismo dulce. 

Me estoy quedando sin plata otra vez, todo este año viví así, en la incertidumbre culpa de no saber manejarme y de tener la mente tan reventada que no puedo mantener un laburo por más de tres meses. Creo que el rostro me ayuda pero ya me estoy volviendo grande. Temo al día en el que esté realmente sola, como me dijo mi hermano. Pienso mucho en eso, "te vas a quedar sola", y sí, si no hay otro camino posible. Aún así, me asusta, ¿y si nunca terminé de estudiar? ¿Si no aprendí nada? ¿Si igual la plata que gane no me alcance para nada en este país de mierda? Porque también está esa, no soy dueña de nada ni la responsabilidad de nadie. 

Es seguir, seguir y seguir y ya estoy tan cansada. Así y todo, sigo, no siempre, como hoy, pero sigo. Me pregunto por qué insisto tanto en que va a venir algo mejor, ¿no es mejor ya? Sí y no soy feliz. Eso me jode, por qué no soy feliz. Mamá está bien, voy a conseguir trabajo, puedo estudiar lo que yo quiera y tengo un novio que me quiere de verdad. Y no soy feliz, no estoy alegre por estas cosas. Me volví miserable y percibo cómo contamino todo. Nunca veo a mamá, dejo los trabajos que consigo, no termino los estudios que empiezo, peleo con V. y genero un ambiente de mierda. 

Pero yo también sufro. La mente nunca está tranquila (mi mente). Vivo en el pasado, lo oigo a R. diciendo "¿por qué eres así?" con su cara asquerosa retrocida en odio hacia mi, lo escucho a Le. gritar por la casa "¡pero andate si querés!", veo a Turmalina acercarse a mi, al chico de Monk llevándome al cine "¿por lo menos lo podés intentar?", a mi padre bajo el marco de la puerta "Siempre un problema vos Daniela", a V. con la mandíbula tensa: "yo a esta Dani no la conozco. Te vas". Me veo a mi desde afuera, llorando en todas estas ocaciones. Llorando ante estas personas. Mojando el pelaje de la gata, envolviéndome sobre mi misma, queriendo desaparecer para siempre. Un nudo atado en el pecho. Las palmas de las manos hacia el rostro. 

No, no soy feliz. 

D.