75. adicciones

prefiero una noche entera en vela
a tener el alma en vilo. 


Ponerme a escribir a ver si calmo un poco la cabeza, siempre es tratar de calmar la cabeza. Me sobreviene un pensamiento detrás de otro y no puedo tirarme a dormir, ni sabiendo que entro a trabajar en un par de horas y me vendría bien el descanso. 

Me veo por fuera, loca, alterada, con el rostro desencajado y lo veo a V., también exaltado, por culpa mía. No es como si me estuviera castigando, pero viví esto antes, debo ser yo. Siento que soy caos en su mente y percibo su malestar, ese profundo hartazgo. 

"¿Nos separamos?", yo, anoche. No pasó, no quiero que pase, pero tampoco puedo estar llorando tanto; aunque admito que lloro menos que con L., me animaría a decir que él sí se llevo la peor parte pero tampoco fue fácil para mi. Un tipo roto, rotísimo. Él me advirtió igual, era como si me estuviese avisando que me iba a contagiar. Me veo mucho en él, en sus estados alterados. También me veo en R., en su narcisismo, creo replicar en mis ojos su mirada opaca. 

No quiero ser así. No quiero arrastrar a nadie y menos a V., no siento que él me deba nada pero le vivo reclamando. Llegamos al punto de la relación en dónde hay tanto daño hecho que sólo quiero volver el tiempo atrás. Lo amo, un montón y nos estamos haciendo mierda. Traidor, forro, mentiroso pienso sobre una persona que no es nada de eso. Soy venenosa, me quedé con la maldad de toda la gente que conocí. 

El tema es que no sé cómo cambiar. Quiero dejar el alcohol, la medicación, el llanto, las ganas de morirme, el daño que hago, las palabras que digo, el odio, las miradas, el desdén, los enemigos que me creo, los recuerdos, mis ex, mis fallos, los reclamos, el desgano, a mi; quiero dejar todo menos a la persona que anoche le dije que quería dejar. 

Soy un grito hondo de auxilio y no sé cómo ayudarme. 

Amo a mi novio y estoy estropeando todo. Las palabras de mi hermano aparecen como una maldición.

D.