78. perros

 I felt like I was a ghost who only haunted himself.


Soñé con los perros de la Falcone; de alguna manera, los había encontrado en una nueva vida. Celebré en mi onirio con Peti (mi amada) y Ulises, vi más perros pero no los puedo evocar tan bien. Sé que le mostraba a un extraño una foto de Mimi y no podía dar con ella. Seguí insistiendo, desperté con una promesa de verla y el ruido de la ciudad.

Me pone triste no haber podido llevarmela, a mi bella Mimoshka, la más vigorosa y alegre. Me pregunto qué habrá sido de ella después del terrible mensaje que recibí de J. hace ya más de un año: "mataron a Peque". Ese día estaba en la casa de papá, con toda mi ropa desparramada en la cama. Pregunté un tiempo después por ella, pero no recibí respuesta alguna.   

Hace algunas semanas me crucé con J., atravesando la 9 de Julio. Nos vimos, pero fingimos no hacerlo, nos pasamos en la distancia como dos extraños, él la frente bien en alto, el seño fruncido, los labios apretados. 

Siempre hago un duelo más largo por los animales que por las personas. Extrañé mucho tiempo a los perros, nunca me despedí de ellos cuando fuí por última vez a la casa de J., tampoco me despedí de él.

Quite la foto de Turmalina del fondo de pantalla. No le vi más sentido, abandoné hace mucho la esperanza de verla, no quisiera estar en el mismo espacio que L., no imagino un escenario donde no pueda recostarme en el pecho de V. Pero mi mente me traiciona a veces: si pudiera quitar a todas las personas, volvería a recostarme en esa habitación fresca, saldría al jardín a sentir el pasto, acariciaría a la gata bajo el tragaluz. Recurperar en mi visita un poco del amor que olvidé ahí. 

Cuando fui a verla a mamá, Ceniza jugó conmigo presionando su cabeza contra mi mano. Recordé que tengo a quien cuidar, que tengo a dónde volver. 

D.