79. fauces

 Si hace frío hay un fuego
al costado de las vías del tren

Comprarme una crema para las piernas cansadas, ver a mamá franco de por medio, traerle a V. los pañuelos que él usa, dejar las papas peladas y cortadas para la cena, dar una, dos, tres respiraciones profundas cuando atiendo a un cliente. 

Tres meses, tengo que pasar los tres meses en este trabajo, no renunciar tan rápido cuando todo es difícil (es que nada tiene sentido), durante 5 horas responder en automático. La felicidad está en mi pero no todos los días la puedo encontrar, trato de vivir un poco también. Las últimas semanas permanecí en la cama lo más que pude antes de tener que salir para el trabajo. Se te van las ganas de ir me dijo una compañera que me crucé en el 60. Sí, puede ser, pero tengo que superar esa instancia, proyectar un poco, convencerme de que esta vez puedo mantener alguna suerte de estabilidad y dejar de huir, de todo. 

No hay pastilla mágica (tomás pastillas), mi estado anímico tiende a estar bajo, V. me marca por qué tanta infelicidad y eso me duele. La diferencia entre vos y yo es el diálogo interno, las palabras no dichas o las pronunciadas en exceso. Me cuesta mover también este cuerpo que siento tan pesado, pienso en si adelgazar me ayudaría, ni siquiera por un tema estético, sino porque las piernas son un yunke al final del día. 

Pintarse las uñas, plancharse el pelo, la cara lavada, un cuarto de clona en medio de la jornada, todos los días, por el resto de la vida. 

D.