139. enredadera
I drown in devotion as deep as the ocean
Julio se fue al cuarto. No quiero verlo, ni hablarle. Es injusto para él, pero hoy no quiero ver a nadie.
Quisiera enroscarme sobre mí misma y desaparecer, como quien se repliega para no ocupar espacio en el mundo.
Mañana tengo un examen largo y no logro concentrarme. Las palabras se dispersan, se me escapan entre los dedos como si no quisieran pertenecerme. Todo pensamiento se disuelve antes de nacer.
Miro por la ventana el pulmón del edificio. Antes de la primavera, hicieron arrancar las enredaderas que cubrían de verde el muro, que parecía respirar. Ahora sólo queda un blanco sucio, herido por la luz de neón de las ventanas.
No quiero abrir Instagram. Hoy es el día de la madre. No vi ni a mi madre, ni a mi abuela. No tuve un hijo.
Fallé.
Y, sin embargo, escribo.
Aunque sea para no volver a hablar.
D.
