146. furia
Llamame loca, Julio.
Qué me importa a esta altura, si estoy tan pasada de estrés que no puedo ni dormir. Dos años bancandome tus burlas y ahora esto. Acá me tenes loca si tanto lo querías.
¿Para qué mierda tuve que conocer a tus amistades de mierda? Gordos del orto con problemas del orto, parados ahí haciendo comentarios del orto, como si compitieran entre sí por ver quién es más pelotudo.
Tener que escuchar a Juan con su manía, a Leo con sus WTF con emojis de pelotudo tipo O_o what the fuck, cipayo.
Los baristas de mierda que no son amigos reales tuyos.
Pero claro, vos sabés que sí lo son. Vos sabés todo. Vos no te equivocás.
Por eso querés encontrarte con Mauricio: ponerle los puntos, no sé qué, honores de hombre. Jodidos.
Equivocarse, para vos, significaría aceptar que todo lo que pensabas que te rodeaba y estaba bien es, en realidad, una mierda.
Tuvimos unos días de paz. Y ya siento cómo el rencor vuelve a crecer entre nosotros.
Y por si acaso, Juan, si lees esto, tu carta fue una mierda y sos un manipulador de primera.
Ni aparezcas frente a mi.
D.
