148. súplica
Vieja soledad, hoy me iré de ti
buscando la luz de un amanecer
Cuando llegue el alba viviré, viviré
Suelto un hilo
y lo tenso hacia el futuro.
Pido:
que mi perro esté bien,
que su cuerpo
encuentre tregua,
que el dolor
no haga nido.
Que él me quiera
como acto,
elección
y permanencia.
Que mi padre aprenda,
aunque el saber
le llegue tarde.
Que mi madre sueñe,
no para escapar,
sino con la realidad
que aún resiste
y se deja tocar.
D.
